Sobre la crónica del viaje que mi buen amigo y compañero de viajes ha hecho no tengo mucho que añadir. tan solo podré una serie de fotografías donde se recogen alguna parada técnica para repostar y algo más.
Mi experiencia en un gran premio, ha sido bastante sorprendente, no solo para mi, sino también para mi compañera de viajes, que le sorprendió tanto o más que a mi.
para empezar, te das cuenta de la cantidad de motos que nos vamos a encontrar en Jerez a la altura de Utrera. Decidimos no ir por la AP4 hasta San Fernando, lugar donde teníamos reservado el hotel, e ir hacia Jerez por la N-IV. habían tramos que de no ser por las banderitas que llevábamos en la parte de atrás de la moto, se me habrían perdido Ángel, Pepe y Roberto, ya que podríamos ir en grupos de 40 o 50 motos.
Los radares hacen su agosto. No corrimos mucho, pero los ponían en tramos de cruce o travesías donde la velocidad estaba limitada a 50Km/h y nosotros podríamos ir a 80Km/h perfectamente. Estoy esperando alguna foto. Si me llega, ojalá no, la subo al blog.
El Sábado llegamos un poco tarde a los entrenos, pero pudimos ver los 10 últimos minutos de la la MotoGP y la Moto2 completa. La llegada al parking ya fue increíble, podría haber, si exagerar, dos millones y medio de motos, bueno con que hubieran dos mil, y creo que me quedo corto, sería una buena cifra.
Entramos al circuito, y en seguida te das cuenta lo que mueve este deporte. Tiendas por todas partes, donde comprar camisetas, gorras, bolsas y un largo etc de tus pilotos favoritos, por cierto yo me hice con una camiseta de mi apreciado Valentino. Después de comprar una gorra para protegerme del sol, subimos a ver los entrenos. Ángel estaba nervioso, quería asomarse por donde fuera, no podía esperar llegar hasta nuestros asientos. Lo gracioso es que las GP iban con retraso porque tendrían que haber estado las Moto2, pero “cáspita”, Ángel las conoció por el sonido, y nos dijo: “Vamos que son las GP”, a lo que no le discutí porque jamás había oído ninguna en directo.
El sonido de las motos cuando pasa es ensordecedor. La gente al paso de las motos, se levantaban de sus asientos y animaban al que pasaba. había un montón de gente y al día siguiente, día de las carreras habría más, esto empezaba a prometer.
A la salida tuvimos que dar una vuelta inmensa ya que habíamos quedado con Pepe, cerca del circuito, pero no nos dejaron ir por el sitio más corto. Después de comer Pepe nos llevó a ver San Lucar, Chipiona y su casa. Cenamos en Chipiona donde había un ambiente muy motero... criaturos quemando rueda, destrozando motores, y haciendo el cabra... pero es lo que hay en estos sitios, parece. La cena no estuvo mal, y devuelta para San Fernado. Os dejo unas fotos de San Lucar y sus alrededores. Es un lugar magnífico para perderse durante unas largas vacaciones.
Antes de ir a la cama pasamos a descubrir, unos más que otros, San Fernando La nuit y después de un buen susto pensando que a alguien se le habían perdido las entradas del día siguiente, nos fuimos a dormir.
Nos levantamos temprano el día de las carreras ya que se prevé una gran afluencia al circuito y después de un buen desayuno y alguna que otra anécdota que guardaremos en la memoria para contar a los nietos de álguien, montamos en nuestras motos y nos dirigimos por la AP4 al circuito.
Cuando llegamos a la zona de aparcamiento parecía que habíamos llegado temprano, porque la mitad estaba vacía, pero cuando entramos y vi la zona de Pelús, me di cuenta que la gente madruga mucho.
Nos sentamos en nuestro sitio, llegaron unos amigos de Ángel y empezó la carrera de 125cc. Cuando pasaron en la vuelta de calentamiento, el olor a aceite quemando de las motos de dos tiempos me hizo ver que no estaba viendo las carreras en la tele. Esto se podía tocar, oler y oir.
os dejo algunas fotografías de las carreras
Lo que más me llamó la atención es el buen rollo en el ambiente. No oí ningún insulto ni improperio a ningún piloto, no como en ciertos deportes.
Empieza la motoGP
En la motoGP no ganó mi Valentino, pero Jorge Lorenzo nos sorprendió a todos y nos hizo exaltarnos, incluso a alguno que no es santo de su devoción también le hizo emocionarse y levantarse de su asiento.
La salida fue igual de espectacular sino más que la entrada...
Espero que esto se repita... nos vemos en Cheste.