domingo, 4 de abril de 2010

Toledo. Marzo de 2010.






Fue otro viaje programado con poca antelación. surgió al final del viaje de Riopar-Ruidera. ¿Cuando tenemos un fin de semana libre?, preguntó Ángel, a lo que Eugenia respondió: dentro de dos fines de semana no tengo guardia. Al poco tiempo recibí un correo con dos propuestas por parte de Ángel. Una era a Cuenca y la otra a Toledo, ambas haciendo noche en Pedro Muñoz, cuna de Ángel. Al final decidimos ir a Toledo. Cuenca, espera un poco que pronto iremos a verte.


Ese fin de semana hizo buen tiempo, un poco de aire a la ida, pero nada significativo.


Salimos de Murcia, nosotros hicimos escala en Cehegín para dejar a la peque que ya va acostumbrándose y Ángel y Bene en Moratalla para dejar a su vástago. Como era por la tarde quedamos “Cal Paco el PayPe”, y después de un café nos pusimos en marcha a eso de las 6 de la tarde.


Fue un viaje tranquilo, un poco de aire, pero no muy molesto. Ángel le había cambiado el parabrisas a su GS, al principio vibraba toda la moto, pero pronto el encontró su posición.


Llegamos a Pedro Muñoz a las 9, todo un récord, ya que el último viaje que hicimos por ese recorrido tardamos 5 horas en llegar, claro que hacía muchísimo frío y había que ir despacio y parando para poner las manos en una taza de café con leche. Paramos en un restaurante de Pedro Muñoz, donde nos dieron de cenar y después nos dirigimos hacia el Hotel La Barca, de nuestros amigos Oscar y Anca. Visita al Murcielago y a descansar.


El Sábado por la mañana nos dirigimos hacia Toledo, pero antes paramos en Consuegra para ver los molinos y una fortaleza que estaban restaurando. Las vistas son increíbles, ya que estábamos encima de un cerro y la mancha, como todo el mundo sabe es mas bien llana. El cielo se fundía con la tierra en una simple línea.









Por fin llegamos a Toledo, después de recorrer la ciudad por el exterior, y ver el Puente de San Martín y el de Alcántara, subimos a un mirador donde se podía contemplar la ciudad y el Tajo. Allí una pareja muy simpática nos indicó donde comer y tapear.













Antes de ir a dejar las mochilas en el Hotel, nos dimos una vuelta con las motos por las calles angostas de Toledo, con alguna dificultad debido a algunos escalones que tuvimos que bajar y subir, pero fue muy bonito. Desde Javalambre, nos atrevemos con cualquier cosa



Dejamos las mochilias y después de una estupenda comida, nos fuimos a andar por Toledo hasta la hora de cenar.


Toledo es una ciudad magnifica, no es de estrañar que esté declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se mezcla lo cristiano, lo musulmán y lo hebreo. Pasear por sus calles es una experiencia muy agradable, y recomendable.







La vuelta del domingo, la organizamos por Aranjuez. Allí nos encontramos con una concentración motera. Nos quisimos unir a ella, pero seguimos a un grupo que iba algo más perdido que el nuestro y al final nos fuimos a tomar un tentempié cerca del Palacio.




Después de reponer fuerzas, nos dirigimos hacia Murcia, pero debíamos hacer una parada para comer en Lezuza, donde habíamos quedado con Oscar y Anca, pero casualidades de la vida, si lo hacemos a proposito no sale, nos los cruzamos en la salida de la Autovía e hicimos parte del camino juntos.


De vuelta a Moratalla, otra vez parada obligada en el PayPe, después de un refrigerio para Murcia nosotros. Ángel y Bene se quedaron en Moratalla.






Los mosquitos no nos dieron tregua....



Nos vemos en la próxima.